Es 3 de diciembre de 2014, y como Profesor de
una de las Comunas postergadas de nuestro país: Renaico. He sido parte de, quizás,
una de la experiencia Profesional más significativa por la unidad lograda a
nivel Regional y Nacional como movimiento de base de los Profesores y
Profesoras de Chile.
El Paro Indefinido por la Dignidad Docente ha
sido extenso, racional, consensuado espontaneo y apasionado en la forma de
llevarlo adelante: en una palabra, ha sido un Movimiento “HONESTO” por la Educación
Chilena. Donde cada uno de nosotros, profesores movilizados y espectadores,
apoderados y alumnos, autoridades y políticos, de seguro han sentido admiración
por lo que ocurre en las calles, plazas, puentes, carreteras y ciudades. Una admiración
contenida por algunos, porque los que estamos movilizados hablamos con
propuestas serias, que solo apelan al sentido común, sin fines políticos u
oportunistas. Apelamos a reconocer un valor básico de todo ser humano: Hacernos
sentir dignos del camino que erigimos para buscar nuestra realización y
felicidad. Fue la opción de vida como lo
fue mi opción de vida para servir a mi país. Cada Docente en su interior debe
sentir ese sentimiento de anhelo por lograr más, de poder ofrecer más, de
demostrar ser más Profesional, sin embargo, al fin del día termina defraudado,
cansado, desesperanzado por su invisibilidad y la insensibilidad sistémica para
escucharlo, valorarlo y cuidarlo como un ser importante para el modelo social
que se requiere en este siglo XXI.
En la Marcha Regional de hoy en Temuco, fue
emocionante sentir el aplauso espontaneo del transeúnte, del vendedor
ambulante, del artista callejero, del ser humano humilde de la calle.
Me siento orgulloso de mis pares que se
emocionan, se comprometen y luchan sin claudicar por causas sociales justas:
por nuestros derechos vulnerados por años, por los mismos sueños que tuvieron
todos aquellos profesores que ya no están con nosotros y que se fueron
esperando justicia social, justicia laboral, reconocimiento profesional, jubilación
digna y que como legado nos dejaron que la DIGNIDAD SE DEFIENDE.
Orgullo que seguro vivió cada uno de los que
viajo desde las distintas comunas de la Región de la Araucanía y que al caminar
las calles de Temuco, a lo mejor recordó su paso por esas calles como
estudiante, como vecino, como ciudadano, pero por sobre todo como PORFESOR o
PROFESORA.
Es lo vivido en mi ciudad de nacimiento, de mi
niñez, mi adolescencia y Formación Profesional. Sin embargo también trajo las
nostalgias de haber luchado tenazmente por la democracia para tener el derecho
a ser escuchado. También pena, que treinta años después, volví a mi cuna con mi
orgullo dolido por tener que recorrer las mismas calles para pedir una migaja
de respeto, un gesto a mi Dignidad Profesional,
una acogida amable por parte de la autoridad, un espíritu de compromiso por el
futuro que pensamos para nuestro país (la ciudad completa fue respetuosa y aplaudió
admirada nuestro paso).
Es orgullo lo que vivió cada participante de
esta marcha de miles. Pero también, ¿Cuántos como yo pisaron esas calles ardiendo
con nostalgia? ¿Cuántos fueron a esta marcha como última alternativa para ser
escuchados? ¿Cuántos pensaban en su fuero interno que este desgaste no era
necesario si no existiera la soberbia del poder y arrogancia política?
Quiero pensar que ninguna lucha es en vano, que
todo tiempo se cumple y este es Nuestro Tiempo: El tiempo en que todos los
Docentes de la Araucanía, del país, de este querido Chile, se pongan de pie y
dispongan sus Dones y Experiencias para dignificar la Educación y la Profesión
exigiendo respeto, exigiendo el derecho básico de ser escuchado. Nosotros, como
chilenos formadores de generaciones, merecemos esa instancia. Basta ya de
indolencias autoritarias, de mezquindades, de propósitos calculados para
conseguir fines mediáticos, basta de vulnerar nuestros derechos y nuestra
dignidad.
Gobernantes, parlamentarios, dirigentes
gremiales, ustedes son producto de la educación chilena, son producto de esta
tierra, no se vuelvan contra sus propios valores e ideales de patria. Porque si
alguien tiene ideales para los niños, niñas y jóvenes de Chile es el Docente:
Ese personaje que caricaturizan cada vez que justifican su cuota de egoísmo y poder.
Ese Profesional que se hiso con sus propios recursos y se entrego a desgastar y
entregar su vida esperando respeto y dignificación social. No perdamos la
oportunidad de avanzar como sociedad, no dejemos escapar la esperanza de creer
que podemos practicar la Escucha Activa.
Es el momento en que Autoridades y nosotros los
Docentes nos sentemos humildes de corazón, sencillos de razón y colmados de
emociones para dignificar la educación y entregarle grandes sueños a nuestros
niños y niñas. Para eso no debemos pensar en que es más fácil aplastar con el
poder, invisibilizar con la arrogancia política un derecho fundamental de un
Profesional Chileno, por el contrario se debe mirarlo a la cara y ver que también
piensa, siente y tiene el derecho de ser valorado por lo que es: Un hijo de
esta tierra que es pleno con lo que hace, pero le falta sentirse reconocido,
valorado y sobretodo, necesita que se haga justicia en su Profesión.
Ya no es posible soportar ser el país en que los
Profesionales de la Educación son los peores pagados, que son los que más
trabajan, que son los menos protegidos , que son los menos dignos.
Con esta marcha para testimoniar la lucha por la
Dignidad Docente, Temuco me trajo todos mis sueños infantiles, me hiso revivir
todos mis sueños adolescentes y me llevo, al termino del día, a pensar si ante
tanta intransigencia, vale la pena luchar por ideales como sueñan los que
ostentan el poder, si parece que jamás vamos a ser considerados, mi formación
humanista me señala que sí seremos escuchados.
Creo firmemente en mi país, por lo tanto ese
orgullo que sentí, que sentimos todos los Profesores y Profesoras cuando
entramos a Temuco, seguro que debemos acrecentarlo, se lo debemos a nuestros
alumnos y alumnas, se lo debemos a los ciudadanos honestos, se lo debemos a
Chile.
POR LO QUE SIGNIFICA LA EDUCACIÓN Y LOS
DERECHOS DE LOS EDUCADORES, ES QUE NO PODEMOS DEJAR QUE LA POLÍTICA, LA
ANSIEDAD DE PODER, LA TOZUDEZ DEL MOMENTO NOS AMILANE EN LO QUE CREEMOS VERDAD.
DEMOSTREMOS QUE LA DIGNIDAD HUMANA Y PROFESIONAL ES UN DERECHO IRRENUNCIABLE Y
QUE EL DERECHO A PARTICIPAR EN COMO SOLUCIONAR NUESTRAS DEMANDAS NOS OBLIGA A
SER PARTE DE LAS RESOLUCIONES QUE SEAN MEJORES PARA EL PAÍS.
ORGULLOSAMENTE PROFESOR, ORGULLOSAMENTE
DEFENDERÉ MI DERECHO A SER VALORADO Y ESCUCHADO Y SE QUE MIS PARES ESTÁN
PENSANDO LO MISMO, PORQUE CREEMOS EN LO MISMO, CHILE MERECE SER CUNA DE HOMBRE
Y MUJERES DE DERECHOS.
Quiero dejar testimonio que espero volver a
Temuco con la certeza de que el paro por la Dignidad Docente no tiene dueño, es
Nuestro y se termina cuando nosotros, TODOS LOS CHILENOS nos escuchemos y le
demos fin. Para eso solo basta un gesto de humildad de la autoridad, nuestra
autoridad, por eso en mi corazón aun cuando intenten someterme, no me quitarán
el derecho de sentir por lo que he luchado, ser parte de mi país, ser voz para
mi país, ser PROFESOR IGUAL QUE TODOS LOS PROFESORES DE MI PAÍS: PENSADORES
LIBRES.
Elier Claudio
González Conejeros
Profesor, Dip. y Mg. En Educación
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