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EDUCACIÓN INCLUSIVA PARA EL S. XXI

jueves, 4 de diciembre de 2014

TESTIMONIO DE UN PROFESOR TEMUQUENCE DE RENAICO

Es 3 de diciembre de 2014, y como Profesor de una de las Comunas postergadas de nuestro país: Renaico. He sido parte de, quizás, una de la experiencia Profesional más significativa por la unidad lograda a nivel Regional y Nacional como movimiento de base de los Profesores y Profesoras de Chile.

El Paro Indefinido por la Dignidad Docente ha sido extenso, racional, consensuado espontaneo y apasionado en la forma de llevarlo adelante: en una palabra, ha sido un Movimiento “HONESTO” por la Educación Chilena. Donde cada uno de nosotros, profesores movilizados y espectadores, apoderados y alumnos, autoridades y políticos, de seguro han sentido admiración por lo que ocurre en las calles, plazas, puentes, carreteras y ciudades. Una admiración contenida por algunos, porque los que estamos movilizados hablamos con propuestas serias, que solo apelan al sentido común, sin fines políticos u oportunistas. Apelamos a reconocer un valor básico de todo ser humano: Hacernos sentir dignos del camino que erigimos para buscar nuestra realización y felicidad.  Fue la opción de vida como lo fue mi opción de vida para servir a mi país. Cada Docente en su interior debe sentir ese sentimiento de anhelo por lograr más, de poder ofrecer más, de demostrar ser más Profesional, sin embargo, al fin del día termina defraudado, cansado, desesperanzado por su invisibilidad y la insensibilidad sistémica para escucharlo, valorarlo y cuidarlo como un ser importante para el modelo social que se requiere en este siglo XXI.

En la Marcha Regional de hoy en Temuco, fue emocionante sentir el aplauso espontaneo del transeúnte, del vendedor ambulante, del artista callejero, del ser humano humilde de la calle.

Me siento orgulloso de mis pares que se emocionan, se comprometen y luchan sin claudicar por causas sociales justas: por nuestros derechos vulnerados por años, por los mismos sueños que tuvieron todos aquellos profesores que ya no están con nosotros y que se fueron esperando justicia social, justicia laboral, reconocimiento profesional, jubilación digna y que como legado nos dejaron que la DIGNIDAD SE DEFIENDE.

Orgullo que seguro vivió cada uno de los que viajo desde las distintas comunas de la Región de la Araucanía y que al caminar las calles de Temuco, a lo mejor recordó su paso por esas calles como estudiante, como vecino, como ciudadano, pero por sobre todo como PORFESOR o PROFESORA.

Es lo vivido en mi ciudad de nacimiento, de mi niñez, mi adolescencia y Formación Profesional. Sin embargo también trajo las nostalgias de haber luchado tenazmente por la democracia para tener el derecho a ser escuchado. También pena, que treinta años después, volví a mi cuna con mi orgullo dolido por tener que recorrer las mismas calles para pedir una migaja de respeto, un gesto  a mi Dignidad Profesional, una acogida amable por parte de la autoridad, un espíritu de compromiso por el futuro que pensamos para nuestro país (la ciudad completa fue respetuosa y aplaudió admirada nuestro paso).

Es orgullo lo que vivió cada participante de esta marcha de miles. Pero también, ¿Cuántos como yo pisaron esas calles ardiendo con nostalgia? ¿Cuántos fueron a esta marcha como última alternativa para ser escuchados? ¿Cuántos pensaban en su fuero interno que este desgaste no era necesario si no existiera la soberbia del poder y arrogancia política?

Quiero pensar que ninguna lucha es en vano, que todo tiempo se cumple y este es Nuestro Tiempo: El tiempo en que todos los Docentes de la Araucanía, del país, de este querido Chile, se pongan de pie y dispongan sus Dones y Experiencias para dignificar la Educación y la Profesión exigiendo respeto, exigiendo el derecho básico de ser escuchado. Nosotros, como chilenos formadores de generaciones, merecemos esa instancia. Basta ya de indolencias autoritarias, de mezquindades, de propósitos calculados para conseguir fines mediáticos, basta de vulnerar nuestros derechos y nuestra dignidad.

Gobernantes, parlamentarios, dirigentes gremiales, ustedes son producto de la educación chilena, son producto de esta tierra, no se vuelvan contra sus propios valores e ideales de patria. Porque si alguien tiene ideales para los niños, niñas y jóvenes de Chile es el Docente: Ese personaje que caricaturizan cada vez que justifican su cuota de egoísmo y poder. Ese Profesional que se hiso con sus propios recursos y se entrego a desgastar y entregar su vida esperando respeto y dignificación social. No perdamos la oportunidad de avanzar como sociedad, no dejemos escapar la esperanza de creer que podemos practicar la Escucha Activa.

Es el momento en que Autoridades y nosotros los Docentes nos sentemos humildes de corazón, sencillos de razón y colmados de emociones para dignificar la educación y entregarle grandes sueños a nuestros niños y niñas. Para eso no debemos pensar en que es más fácil aplastar con el poder, invisibilizar con la arrogancia política un derecho fundamental de un Profesional Chileno, por el contrario se debe mirarlo a la cara y ver que también piensa, siente y tiene el derecho de ser valorado por lo que es: Un hijo de esta tierra que es pleno con lo que hace, pero le falta sentirse reconocido, valorado y sobretodo, necesita que se haga justicia en su Profesión.

Ya no es posible soportar ser el país en que los Profesionales de la Educación son los peores pagados, que son los que más trabajan, que son los menos protegidos , que son los menos dignos.
Con esta marcha para testimoniar la lucha por la Dignidad Docente, Temuco me trajo todos mis sueños infantiles, me hiso revivir todos mis sueños adolescentes y me llevo, al termino del día, a pensar si ante tanta intransigencia, vale la pena luchar por ideales como sueñan los que ostentan el poder, si parece que jamás vamos a ser considerados, mi formación humanista me señala que sí seremos escuchados.

Creo firmemente en mi país, por lo tanto ese orgullo que sentí, que sentimos todos los Profesores y Profesoras cuando entramos a Temuco, seguro que debemos acrecentarlo, se lo debemos a nuestros alumnos y alumnas, se lo debemos a los ciudadanos honestos, se lo debemos a Chile.

POR LO QUE SIGNIFICA LA EDUCACIÓN Y LOS DERECHOS DE LOS EDUCADORES, ES QUE NO PODEMOS DEJAR QUE LA POLÍTICA, LA ANSIEDAD DE PODER, LA TOZUDEZ DEL MOMENTO NOS AMILANE EN LO QUE CREEMOS VERDAD. DEMOSTREMOS QUE LA DIGNIDAD HUMANA Y PROFESIONAL ES UN DERECHO IRRENUNCIABLE Y QUE EL DERECHO A PARTICIPAR EN COMO SOLUCIONAR NUESTRAS DEMANDAS NOS OBLIGA A SER PARTE DE LAS RESOLUCIONES QUE SEAN MEJORES PARA EL PAÍS.

ORGULLOSAMENTE PROFESOR, ORGULLOSAMENTE DEFENDERÉ MI DERECHO A SER VALORADO Y ESCUCHADO Y SE QUE MIS PARES ESTÁN PENSANDO LO MISMO, PORQUE CREEMOS EN LO MISMO, CHILE MERECE SER CUNA DE HOMBRE Y MUJERES DE DERECHOS.

Quiero dejar testimonio que espero volver a Temuco con la certeza de que el paro por la Dignidad Docente no tiene dueño, es Nuestro y se termina cuando nosotros, TODOS LOS CHILENOS nos escuchemos y le demos fin. Para eso solo basta un gesto de humildad de la autoridad, nuestra autoridad, por eso en mi corazón aun cuando intenten someterme, no me quitarán el derecho de sentir por lo que he luchado, ser parte de mi país, ser voz para mi país, ser PROFESOR IGUAL QUE TODOS LOS PROFESORES DE MI PAÍS: PENSADORES LIBRES.

Elier Claudio González Conejeros

Profesor, Dip. y Mg. En Educación

sábado, 18 de junio de 2011

EL CURRICULO EN LOS CONTEXTOS SOCIALES DIVERSOS

EL CURRICULO EN LOS CONTEXTOS SOCIALES DIVERSOS


Nuestros tiempos son una interrelación de rasgos caracterizados por la simultaneidad de todos los fenómenos sociales y naturales que ocurren a nivel mundial.

Esto que pareciera básico, no considera, en un primer análisis, el bienestar de la persona, esa parte valórica que conforma un contexto determinado en la sociedad, en la familia, escuela o liceo, el ser bien. Se puede plantear que el docente debe valorar e interpretar las constelaciones sociales y culturales de nuestro país, región, comuna, ruralidad y urbanismo y es en estos estadios donde la educación debe centrarse en el ser y en el comportarse del ser, es decir, en la significancia del que aprende y en la conducta y valores que demuestra en el aprender.
Es importante la valoración del estudiante como individuo desde el aspecto sociocognitivo, sobre todo cuando esperamos un desencadenamiento de su formación como ciclo de aprendizajes y experiencias generadoras de conocimiento, modificación y restructuración de sus construcciones mentales que le aseguren aprendizajes significativos, es decir, capacitarlo para repensar, filtrar y crear a partir de información, como lo señala Vigotsky, como también es importante, lo que nos plantea Aristóteles, al decir que la educación debe actualizar las potencialidades del estudiante y que esta actualización se hace presente en el ejercicio de facultades como la memoria, la razón, la voluntad y la imaginación.

Por tanto la reflexión sobre la entrega de conocimientos y la forma de adquirir los aprendizajes ayudan a los docentes a forjar un pensamiento más crítico y autónomo sobre su pedagogía, a crecer profesionalmente como formadores competentes, a tener ideas altruistas y de grandes expectativa, a adoptar un posicionamiento más claro y consecuente sobre el currículo.

La relación profesor-estudiante, perfeccionamiento-remuneración, calidad de enseñanza-éxito profesional, no está clara en nuestro sistema educativo, por eso es necesario encontrar el equilibrio entre el mejoramiento de la calidad de la enseñanza, que permita que los estudiantes aprendan, recibiendo los apoyos especializados cuando se requieran y la satisfacción y desarrollo personal que el profesor logra al constatar que su impronta pedagógica se ve reflejada en la adquisición de conocimientos de sus estudiantes.

Esto nos debiera hacer pensar que en el docente también debe darse el bienestar, sea a través de la actualización permanente, la realización profesional, el reconocimiento social y sobre todo, la propuesta pedagógica, no como una consecuencia de la labor, sino con un sentido humanizador del desarrollo integral hacia el estudiante.

Respecto a la satisfacción profesional y laboral del docente relacionada con la actualización, debiera traducirse en una restructuración y mejora de sus prácticas pedagógicas, no solo enfocada en la documentación y transferencia de experiencias exitosas, que con cierta verdad ha sido poco valorada por los profesores al no existir los espacios para el trabajo y la interacción entre pares, la optimización de los recursos que debieran beneficiar al estudiante y la articulación del currículo entre subsectores para su transferencia a la sala de clases.

Los espacios tienen que ver con los tiempos reales del ejercicio pedagógico en el aula y con los tiempos necesarios que son requeridos para fortalecer ese ejercicio, por lo tanto es en referencia al requerido para preparar, revisar, compartir información, investigar conductas, necesidades y comportamiento, es en referencia a documentar la acción pedagógica con un interés superior, el logro de niveles de aprendizajes significativos y formación integral.

En este tema, ante la pregunta ¿cómo valora el tiempo que dedica a su quehacer pedagógico?, la respuesta de una docente de 3º básico, con 38 estudiantes señala “El tiempo para el quehacer pedagógico no existe, no tenemos tiempos destinados en nuestras cargas horarias para planificar, preparar material, revisión de cuadernos, atender apoderado o intervenir en las NEE(1) de niños que no pueden avanzar al ritmo de sus compañeros. Y siempre en un curso hay más de uno, sobre todo en nuestra comuna (Renaico)(2) donde se vive la pobreza en un grado muy alto”. Al compartir esta respuesta con otros docentes, solo reforzaron el argumento agregando que “al sistema no le interesan las condiciones laborales de los profesores, toda vez que quizás sea la única profesión en que la jornada no termina en el lugar de trabajo, sino en su casa y en desmedro de sus familias y su salud física y mental, además siempre somos los únicos responsables del no aprendizaje, olvidándose del tipo de familia o entorno al que pertenece el alumno”.

En relación a los recursos, que generalmente son escasos, cuando están presentes, no se les puede dar un uso correcto y permanente, como lo señala un docente de matemáticas, “la planificación del uso de los recursos no siempre es consensuada con los profesores, por ejemplo SEP(3) , por lo que predomina solo el interés de los directivos o sostenedor, tampoco se consulta sobre como sería o debería ser esta intervención y esta tarea es entregada a un ATE (4), que a partir de un diagnostico, realizan una intervención que tampoco es socializada con los encargados de los subsectores donde se interviene, por lo tanto no se optimiza el recurso y solo pasa a ser una acción de reforzamiento que no ataca la necesidad especifica de cada estudiante” aunque no se dice, pareciera que no hay mucha claridad de cómo se invierten estos recursos, lo que da cuenta del poco celo en las supervisiones y fiscalizaciones, por lo tanto basta con que el sostenedor sea capaz de justificar correctamente el recurso no importando el beneficio en los aprendizajes de los alumnos.

La articulación de contenidos entre subsectores, también es un tema pendiente por parte del ejercicio docente, la educación es parcelada a cada materia y no vinculante como un proceso completo que aproveche las competencias, aprendizajes y experiencias de otras áreas para el logro de una educación integral, nuevamente al recurrir a lo que opinan los profesores, un docente de Bilogía de 1º Medio señala que “es imposible articular mis contenidos con el de otras áreas porque no existe el tiempo para ello, a los directivos no les interesa y cada uno se dedica a pasar sus materias, buscando de la mejor forma posible tanto el aprendizaje como la cobertura curricular que es lo que se le exige al profesor, por lo tanto, muchas veces aprende aquel que viene al liceo con el interés de aprender”. Esta opinión no puede ser más explicita en señalar que también existe el desinterés por aprender y que muchas veces no es considerado como un factor importante al momento de dimensionar el quehacer pedagógico en una escuela o liceo. También hace notar que no siempre se dan las condiciones para lograr aprendizajes significativos en los estudiantes, porque para ello, es importante la motivación, la articulación y la permanente socialización entre pares y con el alumno, teniendo en cuenta que, como lo señala D. Ausubel “Un aprendizaje es significativo cuando puede relacionarse, de modo no arbitrario y sustancial (no al pie de la letra) con lo que el alumno ya sabe”. Al respecto un docente de historia dice que “es importante que la autoridad considere tiempos para el trabajo pedagógico, para poder articular mejor el currículo con los colegas, de seguro que una acción así no solo favorecerá la enseñanza sino que también la calidad de la enseñanza y la calidad de vida del profesor”. Según este profesor esta puede ser una de las cusas que a muchos se les considere malos profesores solo por el hecho de trabajar en sectores pobre no dimensionando las condiciones laborales, las características de los estudiantes, la falta de liderazgos pedagógicos, la falta de gestión de los directivos o el aprovechamiento de los sostenedores.

Como se puede apreciar, el campo donde se desarrolla nuestra educación, sustentadas en los pensadores más clásicos, y repensada desde el desarrollo de los paradigmas más contemporáneos para el logro de la calidad y equidad, también tendrá que debatir sobre el grado de satisfacción de los responsables de llevarla acabo: los docentes.

Si bien todas las medidas conducentes a alcanzar el éxito del mejoramiento educativo es pensada, diseñada e impulsada por expertos, éstos su calidad de tal pareciera alcanzada en un escenario muy distinto al de la ruralidad, pobreza, marginalidad, ausencia de recursos, valores y expectativas, por lo tanto también debiera repensarse el como generar cambios desde los intervinientes, como abrir espacios de debate que tengan valor y fundamentos. No consultas que luego se tergiversan a lo mismo que ellos desean.

De tal manera que al evaluar, el devenir del desarrollo curricular en las salas de clase más pobres de nuestra sociedad, y las propuestas pedagógicas para el mejoramiento de la educación en las una unidades educativas, se aprecia que están diseñadas para un tipo de estudiante, y para satisfacer a una población con una cultura y desarrollo psicosocial determinado, más que pensado en una multiplicidad de rasgos, características y contextos. En este sentido, y como señala E. Morin, se necesita generar una reforma del pensamiento que considere lo complejo, la heterogeneidad, la interacción, el azar; por lo tanto abarca todo objeto del conocimiento, no se puede estudiar algo en sí mismo, sino que en relación con su entorno y es precisamente esto lo que hace que toda realidad sea un sistema particular, situación que para algunos sectores no es considerada.

En tal sentido, cada vez que se realiza un análisis de cómo debiera verse la aplicación del currículo en las escuelas y liceos, se hace desde contextos lejanos, normalizados y direccionado a asumir que todos los estudiantes, ante la teoría y los expertos, tienen las mismas capacidades y oportunidades de lograr y desarrollar habilidades cognitivas a un mismo nivel y complejidad, por lo tanto, todos deben aprender significativamente y alcanzar los objetivos propuestos en los tiempos planeados, si bien lo significativo es alcanzable, no lo es el factor tiempo; este tiene relación con los ritmos, estilos, procedencias, origen y contexto social.

Si bien es asumido que el docente debe lograr que el currículo se centre de manera efectiva en la adquisición de conocimiento, en un contexto y en una pedagogía inclusiva, también se debe considerar y proporcionarle al estudiante autonomía para que genere sus propios aprendizajes. Así, se apela a que el estudiante será capaz de valorar y hacer juicios respecto al contexto en que se le están planteando los objetivos a lograr. Lo que supone que es valido asumir que el profesor logre que todos sus estudiantes discriminen el qué, el para qué y el por qué debe alcanzar un nivel de conocimientos y desarrollo cognitivo determinado como sujeto.

Al suponer que el sujeto de aprendizaje, son todas las personas que integran una comunidad escolar, el término en si no constata que sea diversa, con experiencias previas únicas, prejuicios culturales, doctrinales y apegos socioafectivos distintos, porque en ese caso se individualizaría y exigiría otra modalidad de enseñanza. Esto es precisamente lo que ocurre cuando se lleva el currículo a la sala de clases. Se generaliza, la planificación no da cuenta de las características individuales, que al tocar el tema de la educación en la diversidad sí se considera. Tampoco están presentes las herencias culturales que necesariamente reclaman una aculturación(5) no traumática, donde deben estar considerados los tiempos de adaptación, ritmos y estilos de aprendizaje, los problemas conductuales, mal uso del lenguaje y habilidades cognitivas disminuidas; como la capacidad de generar nuevos conocimientos en un ambiente de contexto.

Este aspecto, no es menor, cuando se descubre la presencia de un estudiante ajeno, lejano o sin interés por las premisas curriculares planteadas por el docente en la clase; es el estudiante sumiso o instrospectivo, agresivo o violento, que no entiende la mayor parte de las palabras e instrucciones. Es en este momento donde el currículo parece ser una utopia inalcanzable para el profesor. Por una parte porque no está en su formación el discriminar positivamente el interés y el desconcierto, por lo tanto su planificación de clase tampoco ha considerado una estrategia que atienda esa diversidad.

De cierta manera, la modernidad nos ha llevado a una diversidad cultural inmensa, donde casi no se puede hablar de culturas superiores o inferiores, pero la pregunta que surge es ¿cómo asumimos esta diversidad cultural en nuestras escuelas o liceos? Porque no es lo mismo hablar de Internet, libros digitales e informar una actividad pedagógica en plataforma con un estudiante urbano que con uno rural. Así como tampoco lo es con uno de condición socioeconómica baja que media o alta, además que en nuestras escuelas y liceos de niveles medio bajo y bajo se hacen presente las rupturas de equilibrios sicosociales(6) como violencia étnica, violencia interpersonal, intrafamiliar, doméstica, delincuencia y drogas, la crisis de familia y la llamada crisis moral que afectan con intensidad nuestras sociedad. Ahora bien, ¿cómo hacer que esta modernidad alcance a todos?, cuando cada análisis señala que las distancias entre un polo y otro se alejan en vez de acercarse, ¿cómo lograr que el profesor sea capaz de plasmar en una clase un contenido y discurso que sea transversal para sus estudiantes y que cada uno logre asirse a alguna experiencia de aprendizaje nueva?

Señalemos que cuando se habla de pertinencia en educación, nos referimos a una propuesta pedagógica abierta y flexible que se pueda adaptar a los niveles de necesidades educativas de los estudiantes, de sus habilidades y según los contextos donde se desarrollan y aprenden, pero también debe considerar el desarrollo y reconocimiento profesional y social del docente. En este punto cobra importancia el liderazgo pedagógico demostrado en la habilidad para aceptar a los estudiantes tal como son y no como se espera que fuesen para determinada clase; en la habilidad para entablar relaciones interpersonales respetuosas y de confianza, aun cuando esto signifique algún riesgo, sobre todo la habilidad para no esperar la aprobación o reconocimiento de los demás, sino el desarrollo permanente de los procesos de aprendizaje de los alumnos y no solo el logro de cobertura curricular.

A la vez, se hace necesario el liderazgo directivo capaz de establecer una dirección con visión de futuro, con altas expectativas y fundamentos teóricos que incidan en la generación de debates fundamentados y en los acuerdos sobre las estrategias más apropiadas para el contexto educativo en particular y para el tipo de educación que se quiere impartir. Debe ser capaz de generar los tiempos necesarios para que el docente realice una labor pedagógica planificada y de incentivar la investigación como fuente de información y a la vez liderarla en el aprovechamiento de sus resultados para una gestión pedagógica exitosa y de calidad. Entendiendo que la calidad esta relacionada con los valores y la expresión cultural ejercida por los actores: profesores, estudiantes, padres y entorno. Sin descuidar su asociación con la adquisición de destrezas de adaptación, de querer aprender, de desarrollo de un pensamiento autónomo y la resolución de conflictos y problemas. Por lo tanto, cuando los liderazgos buscan la calidad de educación, no solo debe centrarse en el aprendizaje, los resultados y la cobertura curricular, sino ser capaz de relacionarla también con los procesos, con la eficiencia y eficacia como indicadores rectores del quehacer pedagógico, como una unidad que busca la pertinencia y la equidad.

De lo anterior se desprende que el liderazgo pedagógico y directivo son de suma importancia al momento de evaluar las ofertas pedagógicas de las unidades educativas, porque se hace necesario que los docentes puedan tomar decisiones tendientes a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de las reflexiones de sus propias prácticas: sólo a partir de esta reflexión y considerando el marco del currículo y el PEI (7)podrán ajustar las acciones necesarias para acercarse a los objetivos que la Unidad Educativa persigue. Según Mc. Kerman "La idea del profesor como investigador es de importancia crucial para el desarrollo futuro de la profesión y del currículo en general. Estoy firmemente convencido de que si esta idea se tomara más en serio, el currículo mejoraría espectacularmente. Una escuela que es sólo distribuidora de conocimiento no sirve para liberar a los profesores y a los alumnos, sino para sumirlos en la esclavitud, pues los priva de sus derechos intelectuales".

Es este encuentro entre el docente de aula y el directivo el que se debe abordar como un desafío que no esta exento de dificultades, como señala F. Mayor, debemos “modificar nuestro pensamiento de manera que enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracterizan nuestro mundo. Debemos reconsiderar la organización del conocimiento. Para ello debemos derribar las barreras tradicionales entre las disciplinas y concebir la manera de volver a unir lo que hasta ahora ha estado separado” .

Por ultimo señalemos como sostiene E.Morín que se necesita con urgencia una reforma paradigmática del pensamiento y no meramente programática. Algo, según él, fundamental para la educación, pues afecta ni más ni menos a nuestra aptitud para organizar el conocimiento, al existir una inadecuación amplia, profunda y grave entre nuestros saberes desarticulados y parcelados y los problemas cada vez más polidisciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, planetarios,... Tal inadecuación, concluye Morín, acaba haciendo invisible el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo. Esto es algo en lo que los expertos debieran detenerse un momento.

Para esperar que exista una nueva mirada en educación, necesariamente tendrá que volverse la mirada al interior de las salas de clases, pero con una mirada que visualice que allí conviven profesor y alumnos; una unidad diversa reclamando y demandando cada vez con más ansiedad ser valorados y no enjuiciados socialmente. A la vez es necesario, en forma responsable, plantearse que tanto se esta entregando y cuanto más se debiera entregar, es decir, adportas de quizás que huelga o paro, que es lo que debemos exigir porque nuestro esfuerzo ha sido el máximo y el bienestar o estar bien ya no es una certeza.

1NEE; Necesidades Educativas Especiales, las que pueden se permanentes o transitorias


2Comuna de Renaico, en la Región de la Araucanía, una de las más pobres del país y con peor índice de calidad en educación.


3 Sep, Subvención Escolar Preferencias; Su objetivo es contribuir a la igualdad de oportunidades y mejorar la equidad y calidad de la educación mediante la entrega de recursos adicionales por cada alumno(a) prioritario(a). El sostenedor debe construir un Plan de Mejoramiento Educativo con la participación de toda la comunidad escolar, con el objetivo fundamental de mejorar los resultados de aprendizaje, y que contemple acciones específicas en las áreas de la Gestión Institucional: Convivencia, Liderazgo, Currículo y Recursos.


4 ATE, Asistencia Técnica Pedagógica, La ATE en el marco del mejoramiento continuo constituye una posibilidad de apoyo a las escuelas del país adscritas a la Ley de Subvención Escolar Preferencial


5 Aculturación: termino aplicado en el sentido del proceso que el estudiante rural o que viene de una comunidad, hogar o reformatorio debe adquirir aspectos culturales y normas sociales, muchas veces en forma involuntarias.


6 “La Época”, 2 de Enero, 1994 *Cristian Parker Gumucio, Dr. Sociología, Investigador del CERC. Seminario Modernidad y cultura, Universidad Católica del Maule Talca, en octubre de 1993.


7 PEI, Proyecto Educativo Institucional


8 Federico Mayor, ex Director General de la UNESCO 1999


Palabras Claves: Currículo, Contexto, Diversidad, Vigotsky, sociocognitivo, enseñanza, aprendizaje, etnia, sociocultural, Mc. Kerman, E. Morin, Equidad, Estudiantes, profesores, docentes, escuelas, liceo, F. Mayor, PEI, NEE, D. Ausubel, Sep, Mc. Kerman, ATE, contextos sociales, Educación, aprendizaje.



sábado, 5 de junio de 2010

Educación Inclusiva; ¿Escuelas Normales?

PALABRAS CLAVES: Inclusión, Normalización, Necesidades Educativas Especiales (NEE).

El hecho de ser personas que no siempre conciliamos con capacidades de socializar en distintos ámbitos y en diferentes situaciones, nos hace más exclusivo que inclusivos, esto planteado desde el punto de vista pedagógico, supone que la Educación Inclusiva debe tener una estrecha relación con la Educación que normalmente entregan las escuelas, es decir, atiende a una diversidad de personas; con distintos intereses, necesidades, aspiraciones, creencias, etc. Y esto es lo que debe asumirse como que somos distintos unos de otros y por lo tantos, no se debiera actuar como si todas las personas tuviéramos que reaccionar de la misma manera frente a estímulos determinados o que nuestros alumnos tuvieran que aprender todos de la misma forma y con los mismos grados de exigencias para tener como resultado aprendizajes óptimos.

Por lo tanto, creo que debe existir una tendencia hacia la normalización de las cosas, entendiéndose en el sentido que seamos capaces de establecer relaciones sociales afectivas, interpersonales con un claro sentido de integración y aceptación de la diversidad de nuestro entorno. Este normar debe ser una actitud positiva constante hacia la innovación, la creatividad y la renovación de estrategias que fortalezcan el desarrollo personal y socialización que respeta los intereses y las capacidades distintas.

Reconozcamos que el enfoque de educación inclusiva reconoce que lo que nos caracteriza a los seres humanos es precisamente el hecho de que somos distinto los unos a los otros y que por tanto, las diferencias no constituyen excepciones.

Desde esta perspectiva, las escuelas no debieran obviar la normalización ni la inclusión y actuar como si todos los niños aprendieran de la misma forma, bajo las mismas condiciones y a la misma velocidad, sino por el contrario, tiene la responsabilidad social de desarrollar nuevas formas de enseñanza, que tengan en cuenta y respondan a esa diversidad de características y necesidades que presentan los alumnos y alumnas de su medio y llevar a la práctica los principios de una educación con igualdad de oportunidades para todos y con todos. Por lo que las tendencias de la Educación apunta a eliminar, en lo posible, las barreras que existen para la participación activa y el aprendizaje optimo de todos los niños y niñas tanto con discapacidades educativas, trastornos de aprendizajes o los que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad o desventaja social.


Así, las opiniones vertidas en este análisis, tienden a hacer notar conceptos que son de nuestro quehacer diario, de nuestro convivir y observar con quienes convivimos, es decir, un convivir con nuestra comunidad educativa variada, diversa y muchas veces heterogénea. Por esta razón, se hace necesario que hablar de normalización, lo hagamos con una mirada a nuestro entorno pedagógico más cercano y propio, pero sin perder de vista las diversidades, las percepciones, sentimientos o posturas personales que puedan distorsionar nuestra realidad.

Esto porque en toda etapa, ha sido importante normar para dar a conocer las diferentes opciones educativas del sistema escolar para los niños, niñas y jóvenes que presenten necesidades educativas especiales, también puedan ser aceptados e integrados apoyándolos con la implementación de estrategias realistas y factibles de llevar a cabo. También es importante para que cada comunidad educativa resuelva de la mejor manera posible, como poder llevar a cabo las adecuaciones curriculares necesarias para, en alguna manera, normalizar la implementación de recursos en directa relación con el beneficio que se les ofrezca a los niños y niñas, acorde a sus necesidades a satisfacer para que puedan asumir de buena manera sus procesos de desarrollo, adaptación y aprendizajes.

También será relevante considerar la opinión y las expectativas creadas por los diversos actores sociales con respecto a la educación de estas personas que presentan una o más necesidad educativa especial, esto se hace necesario para poder medir y considerar el grado de satisfacción de los usuarios y las sugerencias remediales que pudieran surgir para su mejoramiento en el aula y en la escuela.

Entonces, debemos entender que para potenciar de mejor manera las políticas de integración, el Ministerio de Educación entrega los aportes necesarios a los establecimientos de educación regular del país, que cuentan con uno o más Proyectos de Integración. De esta manera la Educación Especial, pasa a ser el programa del sistema escolar encargado de potenciar y asegurar el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades a la educación y de lograr la integración de todos aquellos niños, niñas y jóvenes que presentan necesidades educativas especiales en todos los niveles y modalidades del sistema.

Por esta razón, creo que debemos considerar la integración, como el momento o la etapa en donde se debe potenciar y enriquecer creativamente el proceso educativo de los alumnos y alumnas con diagnostico clínico, para que permanezcan durante los tiempos necesarios en las escuelas, esperando que en lo posible este proceso se inicie en el periodo pre escolar, cosa que en este momento no parece poder realizarse o simplemente no se cumple.

De poder darse lo que se plantea, quizás permitiría que estos niños y niñas pudieran desarrollar su vida escolar de una manera más natural y regular, aprendiendo a temprana edad a asumir y valorar sus capacidades, potencialidades, competencias afectivas y sociales, Formación valórica, así como su desarrollo físico, social y funcional a nivel de pares.

Creo que también es importante el poder lograr un mecanismo optimo para informar acerca de la política de integración escolar a las familias, señalándoles cuales son las adecuaciones curriculares que se han realizado o se están realizando, cuales son las metodologías y estrategias implementadas para lograr de esta manera se involucren al punto de convertirse, más que en receptores de información, en generadores de ella, y puedan entender y apropiarse de las necesidades educativas transitorias o permanentes que se le están atendiendo a su hijo o hija, como a los alumnos del colegio. Asunto que también es una debilidad en estos procesos educativos.

Como es de conocimiento de todos, siempre las escuelas especiales han ofrecido servicios educativos para los alumnos y alumnas con discapacidad intelectual, auditiva, visual, motora, graves alteraciones en la capacidad de relación y comunicación y trastornos específicos del aprendizaje, responsabilidad que ahora también están asumiendo las escuelas normales.

Para poder satisfacer estas necesidades educativas permanentes o transitorias de los niños y niñas se han realizado diversas jornadas para potenciar la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos, pero esto, al menos en nuestra escuela, no ha logrado que se vislumbre como un aporte significativo al proceso, sino más bien ha dejado al descubierto una carencia de comunicación entre familia y escuela, que no solo debe preocupar, sino también incentivar para crear nuevas estrategias que ayuden a satisfacer estas necesidades comunicativas.

Creo relevante, por lo señalado, el que exista información más explicita que den a conocer las diferentes opciones educativas que el sistema escolar ofrece para estos niño y jóvenes, y que se haga en un ambiente en que exista la motivación y el interés por satisfacer sus necesidades, tanto individuales como colectivas; tanto de infraestructura como de material especifico de apoyo. También es importante, si queremos que las dificultades de aprendizaje, sean estas permanentes o transitorias, no se Transformen en un obstáculo para estos alumnos, que en estos momentos presentan problemas de aprendizaje y discapacidad, y que con el tiempo puedan ser insertados de una manera natural y constructiva a la sociedad de hoy.

Si valoramos de buena forma lo anterior, también comprenderemos mejor que el sistema educativo tiene como norte valorar la diversidad como un elemento que enriquezca el desarrollo personal y social de cada alumno y alumna que participa de la comunidad educativa con una política de inclusión clara, motivadora y con interés de enriquecer la cultura escolar.

Es por lo anterior que las políticas educacionales se deben preocupar, de una u otra forma, de señalar un currículo amplio y flexible que posibilite aceptar la diversidad y adaptarse a las diferentes necesidades culturales, sean estas de una sociedad o individuales de los estudiantes. Es así como en nuestra comunidad educativa existe el animo y el afán de poder aminorar las barreras que pudieran existir para una mejor convivencia entre los diferentes niños y niñas con alguna discapacidad y aquellos “normales”, y que de esa manera puedan hacer efectivo su derecho a la educación en un ambiente de igualdad y de participación, de armonía y enriquecimiento social. Quizás la debilidad siga siendo aquellos niños o niñas que de alguna manera aún siendo diagnosticados, no participan plenamente del proceso o proyecto de integración.

Lo señalado se puede catalogar como una debilidad del sistema, sobre todo cuando no se conocen los instrumentos evaluativos, criterios, ambiente previo al que es sometido el niño o niña, tiempos de exposición a la evaluación y posteriores conclusiones del psicólogo sobre los resultados, tanto de aquellos aceptados como de aquellos alumnos que no fueros aceptados en el proceso de integración, pero que de alguna manera el profesor de aula ha podido diagnosticar y reconocer alguna carencia en la sala común.

También señalemos la carencia de material de apoyo para el profesor o profesora del aula común, porque pareciera que todo debe adaptarse a la necesidad de un niño, sin considerar la generalidad del grupo, creo que esto con el tiempo estigmatiza y hace que entre pares no se de una inclusión natural, sino que en muchas ocasiones se dañen las relaciones y afectividades de los grupo curso.

Escrito por:
Elier C. González C.
integracionmaster2010@gmail.com
noviembre 2007