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EDUCACIÓN INCLUSIVA PARA EL S. XXI

sábado, 18 de junio de 2011

EL CURRICULO EN LOS CONTEXTOS SOCIALES DIVERSOS

EL CURRICULO EN LOS CONTEXTOS SOCIALES DIVERSOS


Nuestros tiempos son una interrelación de rasgos caracterizados por la simultaneidad de todos los fenómenos sociales y naturales que ocurren a nivel mundial.

Esto que pareciera básico, no considera, en un primer análisis, el bienestar de la persona, esa parte valórica que conforma un contexto determinado en la sociedad, en la familia, escuela o liceo, el ser bien. Se puede plantear que el docente debe valorar e interpretar las constelaciones sociales y culturales de nuestro país, región, comuna, ruralidad y urbanismo y es en estos estadios donde la educación debe centrarse en el ser y en el comportarse del ser, es decir, en la significancia del que aprende y en la conducta y valores que demuestra en el aprender.
Es importante la valoración del estudiante como individuo desde el aspecto sociocognitivo, sobre todo cuando esperamos un desencadenamiento de su formación como ciclo de aprendizajes y experiencias generadoras de conocimiento, modificación y restructuración de sus construcciones mentales que le aseguren aprendizajes significativos, es decir, capacitarlo para repensar, filtrar y crear a partir de información, como lo señala Vigotsky, como también es importante, lo que nos plantea Aristóteles, al decir que la educación debe actualizar las potencialidades del estudiante y que esta actualización se hace presente en el ejercicio de facultades como la memoria, la razón, la voluntad y la imaginación.

Por tanto la reflexión sobre la entrega de conocimientos y la forma de adquirir los aprendizajes ayudan a los docentes a forjar un pensamiento más crítico y autónomo sobre su pedagogía, a crecer profesionalmente como formadores competentes, a tener ideas altruistas y de grandes expectativa, a adoptar un posicionamiento más claro y consecuente sobre el currículo.

La relación profesor-estudiante, perfeccionamiento-remuneración, calidad de enseñanza-éxito profesional, no está clara en nuestro sistema educativo, por eso es necesario encontrar el equilibrio entre el mejoramiento de la calidad de la enseñanza, que permita que los estudiantes aprendan, recibiendo los apoyos especializados cuando se requieran y la satisfacción y desarrollo personal que el profesor logra al constatar que su impronta pedagógica se ve reflejada en la adquisición de conocimientos de sus estudiantes.

Esto nos debiera hacer pensar que en el docente también debe darse el bienestar, sea a través de la actualización permanente, la realización profesional, el reconocimiento social y sobre todo, la propuesta pedagógica, no como una consecuencia de la labor, sino con un sentido humanizador del desarrollo integral hacia el estudiante.

Respecto a la satisfacción profesional y laboral del docente relacionada con la actualización, debiera traducirse en una restructuración y mejora de sus prácticas pedagógicas, no solo enfocada en la documentación y transferencia de experiencias exitosas, que con cierta verdad ha sido poco valorada por los profesores al no existir los espacios para el trabajo y la interacción entre pares, la optimización de los recursos que debieran beneficiar al estudiante y la articulación del currículo entre subsectores para su transferencia a la sala de clases.

Los espacios tienen que ver con los tiempos reales del ejercicio pedagógico en el aula y con los tiempos necesarios que son requeridos para fortalecer ese ejercicio, por lo tanto es en referencia al requerido para preparar, revisar, compartir información, investigar conductas, necesidades y comportamiento, es en referencia a documentar la acción pedagógica con un interés superior, el logro de niveles de aprendizajes significativos y formación integral.

En este tema, ante la pregunta ¿cómo valora el tiempo que dedica a su quehacer pedagógico?, la respuesta de una docente de 3º básico, con 38 estudiantes señala “El tiempo para el quehacer pedagógico no existe, no tenemos tiempos destinados en nuestras cargas horarias para planificar, preparar material, revisión de cuadernos, atender apoderado o intervenir en las NEE(1) de niños que no pueden avanzar al ritmo de sus compañeros. Y siempre en un curso hay más de uno, sobre todo en nuestra comuna (Renaico)(2) donde se vive la pobreza en un grado muy alto”. Al compartir esta respuesta con otros docentes, solo reforzaron el argumento agregando que “al sistema no le interesan las condiciones laborales de los profesores, toda vez que quizás sea la única profesión en que la jornada no termina en el lugar de trabajo, sino en su casa y en desmedro de sus familias y su salud física y mental, además siempre somos los únicos responsables del no aprendizaje, olvidándose del tipo de familia o entorno al que pertenece el alumno”.

En relación a los recursos, que generalmente son escasos, cuando están presentes, no se les puede dar un uso correcto y permanente, como lo señala un docente de matemáticas, “la planificación del uso de los recursos no siempre es consensuada con los profesores, por ejemplo SEP(3) , por lo que predomina solo el interés de los directivos o sostenedor, tampoco se consulta sobre como sería o debería ser esta intervención y esta tarea es entregada a un ATE (4), que a partir de un diagnostico, realizan una intervención que tampoco es socializada con los encargados de los subsectores donde se interviene, por lo tanto no se optimiza el recurso y solo pasa a ser una acción de reforzamiento que no ataca la necesidad especifica de cada estudiante” aunque no se dice, pareciera que no hay mucha claridad de cómo se invierten estos recursos, lo que da cuenta del poco celo en las supervisiones y fiscalizaciones, por lo tanto basta con que el sostenedor sea capaz de justificar correctamente el recurso no importando el beneficio en los aprendizajes de los alumnos.

La articulación de contenidos entre subsectores, también es un tema pendiente por parte del ejercicio docente, la educación es parcelada a cada materia y no vinculante como un proceso completo que aproveche las competencias, aprendizajes y experiencias de otras áreas para el logro de una educación integral, nuevamente al recurrir a lo que opinan los profesores, un docente de Bilogía de 1º Medio señala que “es imposible articular mis contenidos con el de otras áreas porque no existe el tiempo para ello, a los directivos no les interesa y cada uno se dedica a pasar sus materias, buscando de la mejor forma posible tanto el aprendizaje como la cobertura curricular que es lo que se le exige al profesor, por lo tanto, muchas veces aprende aquel que viene al liceo con el interés de aprender”. Esta opinión no puede ser más explicita en señalar que también existe el desinterés por aprender y que muchas veces no es considerado como un factor importante al momento de dimensionar el quehacer pedagógico en una escuela o liceo. También hace notar que no siempre se dan las condiciones para lograr aprendizajes significativos en los estudiantes, porque para ello, es importante la motivación, la articulación y la permanente socialización entre pares y con el alumno, teniendo en cuenta que, como lo señala D. Ausubel “Un aprendizaje es significativo cuando puede relacionarse, de modo no arbitrario y sustancial (no al pie de la letra) con lo que el alumno ya sabe”. Al respecto un docente de historia dice que “es importante que la autoridad considere tiempos para el trabajo pedagógico, para poder articular mejor el currículo con los colegas, de seguro que una acción así no solo favorecerá la enseñanza sino que también la calidad de la enseñanza y la calidad de vida del profesor”. Según este profesor esta puede ser una de las cusas que a muchos se les considere malos profesores solo por el hecho de trabajar en sectores pobre no dimensionando las condiciones laborales, las características de los estudiantes, la falta de liderazgos pedagógicos, la falta de gestión de los directivos o el aprovechamiento de los sostenedores.

Como se puede apreciar, el campo donde se desarrolla nuestra educación, sustentadas en los pensadores más clásicos, y repensada desde el desarrollo de los paradigmas más contemporáneos para el logro de la calidad y equidad, también tendrá que debatir sobre el grado de satisfacción de los responsables de llevarla acabo: los docentes.

Si bien todas las medidas conducentes a alcanzar el éxito del mejoramiento educativo es pensada, diseñada e impulsada por expertos, éstos su calidad de tal pareciera alcanzada en un escenario muy distinto al de la ruralidad, pobreza, marginalidad, ausencia de recursos, valores y expectativas, por lo tanto también debiera repensarse el como generar cambios desde los intervinientes, como abrir espacios de debate que tengan valor y fundamentos. No consultas que luego se tergiversan a lo mismo que ellos desean.

De tal manera que al evaluar, el devenir del desarrollo curricular en las salas de clase más pobres de nuestra sociedad, y las propuestas pedagógicas para el mejoramiento de la educación en las una unidades educativas, se aprecia que están diseñadas para un tipo de estudiante, y para satisfacer a una población con una cultura y desarrollo psicosocial determinado, más que pensado en una multiplicidad de rasgos, características y contextos. En este sentido, y como señala E. Morin, se necesita generar una reforma del pensamiento que considere lo complejo, la heterogeneidad, la interacción, el azar; por lo tanto abarca todo objeto del conocimiento, no se puede estudiar algo en sí mismo, sino que en relación con su entorno y es precisamente esto lo que hace que toda realidad sea un sistema particular, situación que para algunos sectores no es considerada.

En tal sentido, cada vez que se realiza un análisis de cómo debiera verse la aplicación del currículo en las escuelas y liceos, se hace desde contextos lejanos, normalizados y direccionado a asumir que todos los estudiantes, ante la teoría y los expertos, tienen las mismas capacidades y oportunidades de lograr y desarrollar habilidades cognitivas a un mismo nivel y complejidad, por lo tanto, todos deben aprender significativamente y alcanzar los objetivos propuestos en los tiempos planeados, si bien lo significativo es alcanzable, no lo es el factor tiempo; este tiene relación con los ritmos, estilos, procedencias, origen y contexto social.

Si bien es asumido que el docente debe lograr que el currículo se centre de manera efectiva en la adquisición de conocimiento, en un contexto y en una pedagogía inclusiva, también se debe considerar y proporcionarle al estudiante autonomía para que genere sus propios aprendizajes. Así, se apela a que el estudiante será capaz de valorar y hacer juicios respecto al contexto en que se le están planteando los objetivos a lograr. Lo que supone que es valido asumir que el profesor logre que todos sus estudiantes discriminen el qué, el para qué y el por qué debe alcanzar un nivel de conocimientos y desarrollo cognitivo determinado como sujeto.

Al suponer que el sujeto de aprendizaje, son todas las personas que integran una comunidad escolar, el término en si no constata que sea diversa, con experiencias previas únicas, prejuicios culturales, doctrinales y apegos socioafectivos distintos, porque en ese caso se individualizaría y exigiría otra modalidad de enseñanza. Esto es precisamente lo que ocurre cuando se lleva el currículo a la sala de clases. Se generaliza, la planificación no da cuenta de las características individuales, que al tocar el tema de la educación en la diversidad sí se considera. Tampoco están presentes las herencias culturales que necesariamente reclaman una aculturación(5) no traumática, donde deben estar considerados los tiempos de adaptación, ritmos y estilos de aprendizaje, los problemas conductuales, mal uso del lenguaje y habilidades cognitivas disminuidas; como la capacidad de generar nuevos conocimientos en un ambiente de contexto.

Este aspecto, no es menor, cuando se descubre la presencia de un estudiante ajeno, lejano o sin interés por las premisas curriculares planteadas por el docente en la clase; es el estudiante sumiso o instrospectivo, agresivo o violento, que no entiende la mayor parte de las palabras e instrucciones. Es en este momento donde el currículo parece ser una utopia inalcanzable para el profesor. Por una parte porque no está en su formación el discriminar positivamente el interés y el desconcierto, por lo tanto su planificación de clase tampoco ha considerado una estrategia que atienda esa diversidad.

De cierta manera, la modernidad nos ha llevado a una diversidad cultural inmensa, donde casi no se puede hablar de culturas superiores o inferiores, pero la pregunta que surge es ¿cómo asumimos esta diversidad cultural en nuestras escuelas o liceos? Porque no es lo mismo hablar de Internet, libros digitales e informar una actividad pedagógica en plataforma con un estudiante urbano que con uno rural. Así como tampoco lo es con uno de condición socioeconómica baja que media o alta, además que en nuestras escuelas y liceos de niveles medio bajo y bajo se hacen presente las rupturas de equilibrios sicosociales(6) como violencia étnica, violencia interpersonal, intrafamiliar, doméstica, delincuencia y drogas, la crisis de familia y la llamada crisis moral que afectan con intensidad nuestras sociedad. Ahora bien, ¿cómo hacer que esta modernidad alcance a todos?, cuando cada análisis señala que las distancias entre un polo y otro se alejan en vez de acercarse, ¿cómo lograr que el profesor sea capaz de plasmar en una clase un contenido y discurso que sea transversal para sus estudiantes y que cada uno logre asirse a alguna experiencia de aprendizaje nueva?

Señalemos que cuando se habla de pertinencia en educación, nos referimos a una propuesta pedagógica abierta y flexible que se pueda adaptar a los niveles de necesidades educativas de los estudiantes, de sus habilidades y según los contextos donde se desarrollan y aprenden, pero también debe considerar el desarrollo y reconocimiento profesional y social del docente. En este punto cobra importancia el liderazgo pedagógico demostrado en la habilidad para aceptar a los estudiantes tal como son y no como se espera que fuesen para determinada clase; en la habilidad para entablar relaciones interpersonales respetuosas y de confianza, aun cuando esto signifique algún riesgo, sobre todo la habilidad para no esperar la aprobación o reconocimiento de los demás, sino el desarrollo permanente de los procesos de aprendizaje de los alumnos y no solo el logro de cobertura curricular.

A la vez, se hace necesario el liderazgo directivo capaz de establecer una dirección con visión de futuro, con altas expectativas y fundamentos teóricos que incidan en la generación de debates fundamentados y en los acuerdos sobre las estrategias más apropiadas para el contexto educativo en particular y para el tipo de educación que se quiere impartir. Debe ser capaz de generar los tiempos necesarios para que el docente realice una labor pedagógica planificada y de incentivar la investigación como fuente de información y a la vez liderarla en el aprovechamiento de sus resultados para una gestión pedagógica exitosa y de calidad. Entendiendo que la calidad esta relacionada con los valores y la expresión cultural ejercida por los actores: profesores, estudiantes, padres y entorno. Sin descuidar su asociación con la adquisición de destrezas de adaptación, de querer aprender, de desarrollo de un pensamiento autónomo y la resolución de conflictos y problemas. Por lo tanto, cuando los liderazgos buscan la calidad de educación, no solo debe centrarse en el aprendizaje, los resultados y la cobertura curricular, sino ser capaz de relacionarla también con los procesos, con la eficiencia y eficacia como indicadores rectores del quehacer pedagógico, como una unidad que busca la pertinencia y la equidad.

De lo anterior se desprende que el liderazgo pedagógico y directivo son de suma importancia al momento de evaluar las ofertas pedagógicas de las unidades educativas, porque se hace necesario que los docentes puedan tomar decisiones tendientes a mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a partir de las reflexiones de sus propias prácticas: sólo a partir de esta reflexión y considerando el marco del currículo y el PEI (7)podrán ajustar las acciones necesarias para acercarse a los objetivos que la Unidad Educativa persigue. Según Mc. Kerman "La idea del profesor como investigador es de importancia crucial para el desarrollo futuro de la profesión y del currículo en general. Estoy firmemente convencido de que si esta idea se tomara más en serio, el currículo mejoraría espectacularmente. Una escuela que es sólo distribuidora de conocimiento no sirve para liberar a los profesores y a los alumnos, sino para sumirlos en la esclavitud, pues los priva de sus derechos intelectuales".

Es este encuentro entre el docente de aula y el directivo el que se debe abordar como un desafío que no esta exento de dificultades, como señala F. Mayor, debemos “modificar nuestro pensamiento de manera que enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracterizan nuestro mundo. Debemos reconsiderar la organización del conocimiento. Para ello debemos derribar las barreras tradicionales entre las disciplinas y concebir la manera de volver a unir lo que hasta ahora ha estado separado” .

Por ultimo señalemos como sostiene E.Morín que se necesita con urgencia una reforma paradigmática del pensamiento y no meramente programática. Algo, según él, fundamental para la educación, pues afecta ni más ni menos a nuestra aptitud para organizar el conocimiento, al existir una inadecuación amplia, profunda y grave entre nuestros saberes desarticulados y parcelados y los problemas cada vez más polidisciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, planetarios,... Tal inadecuación, concluye Morín, acaba haciendo invisible el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo. Esto es algo en lo que los expertos debieran detenerse un momento.

Para esperar que exista una nueva mirada en educación, necesariamente tendrá que volverse la mirada al interior de las salas de clases, pero con una mirada que visualice que allí conviven profesor y alumnos; una unidad diversa reclamando y demandando cada vez con más ansiedad ser valorados y no enjuiciados socialmente. A la vez es necesario, en forma responsable, plantearse que tanto se esta entregando y cuanto más se debiera entregar, es decir, adportas de quizás que huelga o paro, que es lo que debemos exigir porque nuestro esfuerzo ha sido el máximo y el bienestar o estar bien ya no es una certeza.

1NEE; Necesidades Educativas Especiales, las que pueden se permanentes o transitorias


2Comuna de Renaico, en la Región de la Araucanía, una de las más pobres del país y con peor índice de calidad en educación.


3 Sep, Subvención Escolar Preferencias; Su objetivo es contribuir a la igualdad de oportunidades y mejorar la equidad y calidad de la educación mediante la entrega de recursos adicionales por cada alumno(a) prioritario(a). El sostenedor debe construir un Plan de Mejoramiento Educativo con la participación de toda la comunidad escolar, con el objetivo fundamental de mejorar los resultados de aprendizaje, y que contemple acciones específicas en las áreas de la Gestión Institucional: Convivencia, Liderazgo, Currículo y Recursos.


4 ATE, Asistencia Técnica Pedagógica, La ATE en el marco del mejoramiento continuo constituye una posibilidad de apoyo a las escuelas del país adscritas a la Ley de Subvención Escolar Preferencial


5 Aculturación: termino aplicado en el sentido del proceso que el estudiante rural o que viene de una comunidad, hogar o reformatorio debe adquirir aspectos culturales y normas sociales, muchas veces en forma involuntarias.


6 “La Época”, 2 de Enero, 1994 *Cristian Parker Gumucio, Dr. Sociología, Investigador del CERC. Seminario Modernidad y cultura, Universidad Católica del Maule Talca, en octubre de 1993.


7 PEI, Proyecto Educativo Institucional


8 Federico Mayor, ex Director General de la UNESCO 1999


Palabras Claves: Currículo, Contexto, Diversidad, Vigotsky, sociocognitivo, enseñanza, aprendizaje, etnia, sociocultural, Mc. Kerman, E. Morin, Equidad, Estudiantes, profesores, docentes, escuelas, liceo, F. Mayor, PEI, NEE, D. Ausubel, Sep, Mc. Kerman, ATE, contextos sociales, Educación, aprendizaje.



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